Este es un texto que tuve que escribir para el colegio cuando tenía 16 años, fue loco encontrarlo, debería hacer una versión actual de esto, pero creo que no cambiaría tanto.
Raquel y yo
Raquel es difícil, a veces es complicado compartir cosas con
ella. Ella no tiene problemas y hasta es un poco egoísta conmigo cuando hay
mucha gente, siempre se quiere mostrar, yo no, generalmente, prefiero pasar
desapercibida. Pero cuando estamos solas me ayuda mucho. Ella colecciona frases
sin sentido, yo, en cambio, colecciono sonrisas de mis amigos y por suerte en
eso me ayuda.
Hace todo mecánicamente, yo vivo atenta a cada detalle de
las cosas que hace. A mi me gustan las historias tiernas y las canciones
dulces, ella no comparte esos gustos, se muestra despreocupada y divertida todo
el tiempo, como si nada le importara.
Pero todo lo que soy hoy es gracias a ella, nos necesitamos,
no podríamos estar una sin la otra, porque nos complementamos. Creo que poca
gente sabe que existo, pienso y siento… Raquel no es todo, algunos se quedan
con ella, otros me buscan… Y pocos me encuentran. Pero finalmente esos que me
encuentran hacen que esté orgullosa de existir atrás de Raquel, y de compartir
mi vida con ella. Creo que no la podría compartir con otra persona que no fuera
ella.
Busca mis ojos,
toma mi mano, acércate.
Este es tu sitio,
ésta es tu taza de café.
No digas nada,
dices con la mirada más de lo que crees.
A la deriva,
llevas el alma en el timón.
Vas por la vida,
solo escuchando al corazón.
Buscas un puerto,
buscas un cielo abierto
lejos del dolor...
Oh, oh, oh, Raquel
Tanto camino,
tanto buscarte en otra piel.
A tu destino
querías mantenerte fiel.
Princesa herida,
el teatro de la vida
cambia tu papel...
Oh, oh, oh, Raquel
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